Me llamo Karen Brogan y vivo en Oak Lawn, Illinois, con mi marido y nuestros tres hijos.

A nuestro hijo menor, Marty, le diagnosticaron un cáncer en fase IV (rabdomiosarcoma) el 12 de enero de 2017, a la edad de 4 años.  Es la última etapa de la progresión del cáncer.  Esto fue un gran shock para nuestra familia.

Unas semanas después del diagnóstico de Marty, nos enteramos de que un sacerdote llamado Padre Ubald vendría a la cercana parroquia de San Gerald a celebrar una misa con oraciones de curación.  Toda mi familia, incluidos mis padres y hermanos, asistimos a la misa de curación del padre Ubald.  La misa fue un servicio normal. Sin embargo, nos conmovió mucho cuando el padre Ubald contó la dramática historia de su vida, cómo sobrevivió al genocidio de Ruanda y cómo, con la ayuda de Dios, pudo perdonar a las personas que habían matado a más de 80 miembros de su familia.  

El padre Ubald habló de que nosotros también debemos estar dispuestos a perdonar a los demás como Jesús nos perdona a nosotros, y que debemos elegir a Jesús en la vida.  Todavía recuerdo al padre Ubald diciendo que no basta con rezar una sola vez o ir a misa y creer que entonces esas oraciones ya serán respondidas.  Más bien, debemos comprometernos seriamente con Jesús y confiar en él.  Jesús quiere encontrarse con nosotros en la Eucaristía, debemos buscar su cercanía. Debemos ir a los servicios y celebrar la misa con todo nuestro corazón.  

Al final de la misa de curación, el padre Ubald recorrió las filas de los presentes con la custodia y nos bendijo a todos.

El padre Ubald ha recibido el don de Dios de que durante sus servicios la gente se cura repetidamente en cuerpo y alma. Al hacerlo, se entera a través de una visión interior de las enfermedades que Dios ha curado durante la misa. También esta vez, después de la misa de curación, el padre Ubald anunció quiénes habían sido curados esa noche.  Enumeró varias enfermedades y dijo: "Estás curado".  Fue sorprendente ver cómo muchas personas daban testimonio de su curación.  También hubo muchas personas presentes que contaron que habían asistido antes a un servicio de curación del padre Ubald y que habían recibido una promesa de curación. Después habrían ido al médico para que les confirmara que efectivamente se habían curado.

El diagnóstico de Marty no fue mencionado por el padre Ubald aquella noche, lo que me rompió el corazón. Esperaba que el padre Ubald también le dijera a Marty que estaba curado. Pero después de ese servicio, de repente supe cómo ayudar a Marty, y eso fue rezando como nunca antes había rezado.

Fui criada como católico y también fui a escuelas católicas.  Cuando me hice mayor, a veces iba a misa. Creía en Dios, pero sólo tenía una fe muy débil.

Después de esta misa de curación del padre Ubald, comenzó mi camino de fe.  Escuché lo que el padre Ubald nos había dicho y recé como nunca antes lo había hecho.  Iba a misa varias veces a la semana, rezaba el rosario todos los días y también iba a una capilla de adoración semanalmente donde rezaba a Jesús. Incluso tuvimos la oportunidad de volver a encontrarnos con el padre Ubald y almorzar con él y asistir a algunas de sus misas de curación.

Exactamente un año después de que se le diagnosticara el cáncer a Marty, el 12 de enero de 2018 supimos que el cáncer de Marty había desaparecido.

Sabemos que Marty se curó del cáncer gracias al poder de la oración.  Conocer al padre Ubald fue lo mejor que le ha pasado a nuestra familia.  El padre Ubald fue fundamental para que encontráramos la fe y fuéramos conducidos a Jesús.  Por eso le estaremos siempre agradecidos.

Marty lleva ya 4 años y medio sin cáncer y sabemos que Dios ha respondido a nuestra oración y que, por tanto, Marty puede estar sano.

Diría que la experiencia con el Padre Ubald es lo que más nos ha cambiado a mí, a mi madre JoAnn y a mi hijo Marty. Creemos de verdad que Dios responde a las oraciones de confianza y sabemos que nada es imposible para Jesús. Todavía hoy confiamos en nuestra fe y nos ha hecho superar muchos momentos difíciles.  Marty sabe que Jesús le curó y sabe que él y su madre tienen ahora la tarea de hacer saber a la gente que Jesús es real y que si crees, recibirás la bendición del Señor.

Anotación:
El padre Ubald era de Ruanda. En 1963, su padre y su tío fueron asesinados por hutus radicales. Esto fue un catalizador para su posterior compromiso con el perdón y la reconciliación en su ministerio sacerdotal. Luego, en 1994, cuando un total de 85 miembros de su familia, incluida su madre, fueron asesinados durante el genocidio contra los tutsis, volvió a estar dispuesto a perdonar a los asesinos de sus familiares. Su ejemplo y su labor sacerdotal condujeron a una inesperada ola de reconciliación entre las víctimas y los agresores en Ruanda. En el transcurso de sus celebraciones y servicios de reconciliación, se produjeron muchas curaciones espontáneas, a menudo de las enfermedades más graves, y Dios concedió al Padre Ubald el don de la visión interior para saber quiénes de los presentes habían sido curados por Dios (ver también los testimonios: "Dios curó graves heridas espirituales del genocidio de Ruanda y también dio muchas curaciones físicas", "Curado de la colitis ulcerosa" o "Curado tras 33 años de celiaquía en Medjugorje"). También se produjeron un número extraordinario de providencias en su entorno (ver, por ejemplo, "Dios llenó mis manos vacías una y otra vez para ayudar a la gente de Ruanda" y "Ejemplos de cómo Dios intervino y ayudó en nuestros proyectos de ayuda en Ruanda"). El padre Ubald falleció en 2021.