Me llamo Suha Sweiss y vivo en Oak Lawn, Illinois. Estoy casada y tengo cuatro hijos con mi marido.

En 2015, a mi segunda hija, Marlena, le diagnosticaron una enfermedad incurable llamada colitis ulcerosa a los 19 años. Se trata de una inflamación crónica, dolorosa y episódica del colon. Había estado rezando por su curación desde el día de su diagnóstico, sin que su enfermedad cambiara. Fue tratada médicamente tanto en el Hospital Edwards, en Naperville, como en el Hospital Christ, en Oak Lawn. Estas hospitalizaciones le hicieron perder muchas clases en su primer año en la Universidad de Loyola/Chicago.

Un día nos enteramos de que el sacerdote P. Ubald Rugiragoga celebraría una Misa de Reconciliación y Sanación en Skokie, Illinois, el 4 de octubre de 2016. Ya había oído hablar mucho de este sacerdote de Ruanda y también de que Dios había concedido repetidamente a la gente la curación de enfermedades a menudo graves durante sus misas. Nos sentimos esperanzados, así que mi hija y yo nos dirigimos a Skokie / Illinois para rezar en la misa de curación del padre Ubald y pedir a Dios la curación completa de Marlena.

Después de celebrar la Santa Misa, el Padre Ubald recorrió la iglesia con la custodia y el Santísimo Sacramento, de fila en fila, de banco en banco, bendiciendo a la gente mientras rezaban por sus intenciones.

Durante la procesión, al padre Ubald se le mostraron a través de visiones interiores aquellas enfermedades que Dios estaba dispuesto a curar. Después, el Padre Ubald volvió al altar y describió de forma muy concreta todas las curaciones espirituales y físicas que fueron dadas por Dios durante esta Misa. También mencionó la enfermedad intestinal de mi hija y dijo que el Señor había sanado a esa persona. Supe inmediatamente en mi corazón que estaba curada, y Marlena y yo nos miramos y lloramos de alegría.

Pero también quiero decirte que antes de ir a esta misa de curación con Marlena, había asistido por mi cuenta a una misa de curación con el padre Ubald.  Cuando le oí predicar por primera vez, habló de la importancia del perdón y de cómo la falta de voluntad de perdonar impediría a Dios y a su poder de curación marcar la diferencia en nuestras vidas a través de sus gracias. Mientras nuestro Señor estaba expuesto en el Santísimo Sacramento, el padre Ubald también predicó sobre cómo el perdón es el secreto de la paz. Mientras reflexionaba sobre las palabras del P. Ubald y miraba a Jesús en el altar, Jesús me mostró en mi corazón a las personas a las que tenía que perdonar y también a soltar los rencores que había guardado durante años. Además, el Señor me mostró que algo a lo que me había aferrado en mi corazón durante años bloqueaba su gracia sanadora. Entonces, cuando estuve dispuesta a perdonar y a dejarlo todo, con la ayuda de Dios, llegó la curación para mi hija. Desde aquel día de octubre de 2016, mi hija se ha curado y ya no tiene ningún síntoma.

Hija se ha curado y ya no tiene ningún síntoma.

El médico de la siguiente colonoscopia se sorprendió completamente de su curación e incluso comentó que parecía tener un colon nuevo.

Más tarde, en 2016, mi marido Luai descubrió un bulto en su glándula tiroidea que estaba creciendo y que le pareció sospechoso al médico durante una exploración. Entonces se concertó una cita para una biopsia. Mi marido nunca asistió a un servicio de curación con el padre Ubald, pero yo recé por su curación. Ese día, cuando se programó la biopsia, se hizo un nuevo examen previo para determinar la ubicación exacta de los bultos. El médico examinador se dio cuenta de que, de repente, todos los ganglios que se habían visto en las exploraciones del examen anterior habían desaparecido. El médico le dijo que no tenía ninguna explicación de por qué esos ganglios que crecían originalmente habían desaparecido de repente.

¡Alabado sea Dios! ¡Dios es tan bueno! ¡Gracias, querido Padre Ubald! La curación llegó después de que dejara de lado mi herida emocional y fuera capaz de perdonar con la ayuda de Dios. El perdón es realmente el secreto de la paz y el camino que conduce a la gracia sanadora de Dios.

Anotación:
El padre Ubald era de Ruanda. En 1963, su padre y su tío fueron asesinados por hutus radicales. Esto fue un catalizador para su posterior compromiso con el perdón y la reconciliación en su ministerio sacerdotal. Luego, en 1994, cuando un total de 85 miembros de su familia, incluida su madre, fueron asesinados durante el genocidio contra los tutsis, volvió a estar dispuesto a perdonar a los asesinos de sus familiares. Su ejemplo y su labor sacerdotal condujeron a una inesperada ola de reconciliación entre las víctimas y los agresores en Ruanda. En el transcurso de sus celebraciones y servicios de reconciliación, se produjeron muchas curaciones espontáneas, a menudo de las enfermedades más graves, y Dios concedió al Padre Ubald el don de la visión interior para saber quiénes de los presentes habían sido curados por Dios (ver también los testimonios: "Dios curó graves heridas espirituales del genocidio de Ruanda y también dio muchas curaciones físicas", "Cáncer en fase IV - curado mediante la oración" o "Curado tras 33 años de celiaquía en Medjugorje"). También se produjeron un número extraordinario de providencias en su entorno (ver, por ejemplo, "Dios llenó mis manos vacías una y otra vez para ayudar a la gente de Ruanda" y "Ejemplos de cómo Dios intervino y ayudó en nuestros proyectos de ayuda en Ruanda"). El padre Ubald falleció en 2021.