Hay tristes razones históricas por las que el cristianismo no puede recorrer su camino de fe en la unidad y está dividido en diferentes denominaciones. Sin embargo, la fe en el Dios Trino y la obra redentora de Jesús es el vínculo común de todos los cristianos. Nuestra fe común es como una rueda con Dios en el centro, donde las personas de diferentes denominaciones, como los rayos de la rueda, todos miran al centro de nuestras vidas, aunque desde diferentes direcciones. Dios es nuestro centro.

En el breve formulario que sigue, reducido a 30 puntos, se describirá el núcleo de nuestra fe cristiana. En consideración a nuestros hermanos y hermanas de las otras denominaciones, debe revelarse que en esta enumeración, los puntos 28 a 30 corresponden sólo al punto de vista católico, que no es congruente con la convicción de las otras denominaciones.

Asimismo, se señala que es generalmente aceptado que el relato de la creación según las narraciones del Libro del Génesis en el Antiguo Testamento, por un lado, contiene declaraciones de revelación centrales del cristianismo. Por otra parte, Dios sólo pudo revelar a la gente hace unos 3.000 años los aspectos sobre nuestra creación y el universo que podían entender esas personas en ese momento. Debido a su falta de comprensión de la historia natural en aquella época, los antiguos no habrían sido capaces de entender en lo más mínimo una revelación sobre el desarrollo de la creación tal y como Dios la había previsto y creado. Por eso, por ejemplo, el relato de la creación del mundo en 6 días sólo puede entenderse de forma simbólica.

Si ahora los resultados de las ciencias naturales modernas se vinculan con la suposición de que Dios ha dado libertad a toda la creación por su amor, todas las contradicciones existentes hasta ahora entre el conocimiento de las ciencias naturales, nuestra experiencia de vida humana de pecado y sufrimiento y la existencia del Dios amoroso y misericordioso pueden ser reconciliadas sin contradicciones.